Las “Puertas” de la memoria sevillana

Puerta de Carmona, Puerta de Córdoba, Puerta de Jerez, Puerta de la Barqueta, Puerta de la Carne, Puerta de San Fernando, Puerta de Triana, Puerta del Arenal, Puerta de León, Puerta Osario, Puerta del Perdón, Puerta del Sol, Puerta de San Juan, Puerta del Osario y Puerta Real. 

Además se debe hacer mención de los distintos “Postigos” como los del Arenal, el Postigo del Aceite, el del Jabón, el Postigo del Carbón, el del Alcázar, el Postigo de San Antonio, el de la Feria o (de la Basura) o el Postigo de la Sal.

Puerta de Triana en calle San Pablo esquina con Zaragoza
Después de realizar un trabajo investigativo a que mi curiosidad me guiaba, publico lo que sigue para conocimiento de quienes se interesan en este Blog. He utilizado distintas fuentes y publicaciones de antiguas fotografías o dibujos que he ido recopilando de la Red y de otros accesos variados.

Las puertas de Sevilla son (siguen siendo algunas) en la actualidad una referencia para el sevillano en su día a día. La Puerta de la Carne, la de CarmonaOsario, la de Triana, o la de Jerez  hace siglos que fueron derruidas pero todavía permanecen en el imaginario colectivo de la ciudad.  Esto sugiere la necesidad de hacer un recorrido histórico por el antiguo perímetro de la ciudad.

«El número de puertas no está claro, he contabilizado veinte entre puertas, postigos y accidentes; algunas que se fueron abriendo, otras que se cerraron y puertas secretas de las que hay bastantes referencias en la literatura antigua y en los relatos históricos de la ciudad pero de las que se desconoce la localización exacta».

Puerta de Carmona
Algunas de estas puertas -la mayor parte, derribadas en revolución liberal de 1868- aún dan nombre a esquinas, rincones o amagos de plaza en puntos del perímetro de la Ronda Histórica, coincidente con el antiguo trazado defensivo de la ciudad, y que el apego de los sevillanos por sus tradiciones y su historia ha llevado a algún grupo de vecinos a tratar de poner en marcha un proyecto de reconstrucción de alguna de estas puertas, como la de Carmona.

Puerta de la Carne
«La muralla con sus puertas sería el monumento más grande de la ciudad y, no sé si el más importante porque tiene otros muchos, pero entre los destacados sin duda alguna». Sin dicho derribo, «hoy Sevilla sería una ciudad muchísimo más bella y más importante si hubiésemos sabido conservar aquel patrimonio tan absurdamente dilapidado»
Puerta de Córdoba

La única original que se conserva en la actualidad es la Puerta de Córdoba, que permanece adosada a la iglesia de San Hermenegildo, en la Ronda de Capuchinos. También se mantienen, aunque no son del todo originales, la de la Victoria o Arquillo de la Plata, que fue una puerta interior de acceso al recinto del Alcázar, el Arco de la Macarena y el Postigo del Aceite.

Puerta de la Macarena
«El derribo de las murallas obedeció a un conjunto de factores; primero la mentalidad de la época, que no se valoraba en toda su extensión la importancia que tenían determinadas construcciones del pasado; el hecho de considerar que la muralla era un obstáculo para la extensión de la ciudad; también se da la circunstancia de que la muralla había llegado bastante desvencijada al haber perdido su sentido, ya que estas no la tenían
Puerta de la Barqueta
Puerta del Sol
en las guerras de aquella época», explica el periodista. «Muchas edificaciones se adosaron a ellas y se entendió erróneamente en su momento que era un obstáculo para el progreso y que la modernidad de Sevilla pasaba por el derribo de las murallas».

Algunas de estas puertas, tras su primera destrucción, volvieron a construirse con otra forma, como la efímera segunda edición de la de Jerez, que duró de 1848 a 1864, y otras como la de la Puerta del Sol fueron inmortalizadas por el lápiz de Richard Ford, en 1831. Aunque en el imaginario colectivo, los sevillanos a día de hoy todavía se citen en las distintas puertas que no hace mucho tuvo Sevilla.
Puerta del Perdón
Cuando la Puerta del Sol estaba en Sevilla
Puerta del Sol
Recuerdo aquí las veinte puertas que tuvo la ciudad amurallada, cuando Sevilla tenía su Puerta del Sol, ya que es cierto que algunas de estas puertas, aunque sólo sean dos o tres de ellas, pueden no haber existido en otro sitio que en la imaginación de los sevillanos, como la de la Judería, que bien pudiera ser la que en la actualidad se encuentra ubicada en la entrada al Patio de Armas, trasero al Alcázar de Sevilla.

Puerta del León
Los sevillanos, en el enorme casco histórico de su ciudad, siguen orientándose, por esa costumbre heredada de generación en generación, por nombres como Puerta de la Carne, Puerta de Carmona, Puerta Osario o Puerta de Jerez, es decir, por el lugar que estas puertas ocuparon, ya que apenas queda vestigio de ellas, en algunos casos tan solo un azulejo que señala tal lugar con tanto ánimo histórico como costumbrista.

Con el mismo desparpajo que se refieren a  estas puertas por el lugar que ocuparon, los sevillanos tratan de indicar algún trayecto o una determinada dirección a los turistas. En vano buscarán los visitantes las puertas que se correspondieron con el trazado de la muralla almohade de la ciudad y que fueron derribadas hace mucho tiempo, ante el crecimiento urbano a lo largo del último siglo y medio –la mayor parte fueron derribadas en la revolución liberal de 1868–.
Puerta del Osario
Puerta de Jerez y desembocadura
del Arroyo Tagarete

Algunas de estas puertas aún dan nombre a esquinas, rincones o amagos de plaza en puntos del perímetro de la Ronda Histórica, coincidente con el antiguo trazado defensivo de la ciudad, y que el apego de los sevillanos por sus tradiciones y su historia ha llevado a algún grupo de vecinos a tratar de poner en marcha un proyecto de reconstrucción de alguna de estas puertas, como la de Carmona.

La única original que se conserva, la Puerta de Córdoba, permanece adosada a la iglesia de San Hermenegildo, mientras que otras tres, no del todo originales, se conservan en pie, la de la Victoria o Arquillo de la Plata, que fue una puerta interior de acceso al recinto del Alcázar, el Arco de la Macarena y el Postigo del Aceite.
Puerta Real

De otros accesos, como el Postigo del Jabón no queda vestigio alguno, porque
Puerta de Jeréz
«muchas puertas eran tan secretas que ni siquiera se sabe dónde estaban». Mientras que de la diferencia entre puertas y postigos, solo obedecía a categoría porque ambos eran exteriores, solo que por alguno de los postigos puede que apenas cupiera un carruaje y que como mucho diera acceso a un jinete desmontado.

Algunas de estas puertas, tras su primera destrucción, volvieron a construirse con otra forma, como la efímera segunda edición de la de Jerez, que duró de 1848 a 1864, y otras como la de la Puerta del Sol fueron inmortalizadas por el lápiz de Richard Ford, en 1831.

Postigo del Aceite
Una vez que la piqueta redujo las puertas de Sevilla a mera historia, solo nos queda intentar enumerarlas haciendo una compleja catalogación, ya que de algunas solo podemos conocer hoy a través de algún dibujo
histórico.


Puerta del Arenal
Puertas Osario
Postigo Abd el Aziz


Fuentes consultadas: El periodista Juan Miguel Vega, El Blog el Pasado de Sevilla, y otros.



Comentarios