El Don espiritual

Predicación de José David Amado. LECTURAS: Deuteronomio,Cap. 28, vers. 1:14  -  1ra. a los Corintios, Cap. 12, vers. 1:12  -  Evangelio de S.Mateo, Cap. 25, vers. 14:30

Hoy quiero ser un poco didáctico y usaré gráficamente algunos elementos para mayor comprensión. Con esto no quiero ofender vuestras inteligencias ni vuestras capacidades, pero en ocasiones un poco de didáctica y grafismo vienen bien, ya veréis.



Un carro de tiro de burros era un artefacto de madera compuesto de una caja de madera de tres paredes y suelo donde ir los pasajeros o la carga, un eje, dos ruedas y un tiro, todo ello generalmente de madera.



Posteriormente se le añadió techo, pescante para el conductor, ballestas, para hacer el viaje más cómodo y ventanillas para resguardar a los viajeros del exterior.





Hoy en día usamos el coche, que es una máquina muy compleja inventada por el hombre para hacernos la vida más cómoda a todos nosotros.




Quiero haceros una pregunta, ¿Cuál es la pieza más importante del coche según vosotros?     A ver… pensad…


En efecto, llegamos a la conclusión que en esta máquina compleja todas las piezas, incluso la más pequeña, insignificante o barata, son sumamente importantes, hasta tal punto que las más importantes no podrían funcionar sin las menores, o en su defecto, el coche no funcionaría bien, por lo que la inversión realizada no sería efectiva.

De la misma manera que todas las piezas del coche son importantes, las unas para con las otras, así pasa con nosotros mismos, con nuestros cuerpos, y por extensión con la Iglesia.

Todo lo anterior lo podemos conseguir dependiendo de nuestras capacidades adquiridas, del dinero que dispongamos. En definitiva de nuestros propios medios, de nuestra voluntad.



Pero hoy quiero hablar de otro producto que hemos adquirido, y recibido gratuitamente desde el momento en que empezamos a pertenecer al Cuerpo de Cristo, y que quizás hemos ignorado, o no sabemos que tenemos. Los dones espirituales, que al igual que las piezas de un coche, unos no funcionarían bien sin los otros.



Al igual que las piezas de un coche, que antes hemos mencionado, lo recibido por Juan, de nada serviría sin que, por ejemplo, Salvador no aportara lo que ha recibido él. O lo aportado por Tere sin lo de Pepi.

Imaginad que hoy es el cumpleaños de Juan, y todos aquí hace unos días nos pusimos de acuerdo, juntamos un poco de dinero, y le compramos, por ejemplo, una Biblia con concordancias. ¿Qué esperamos que haga Juan con nuestro regalo, y a qué le animaremos?

Pues todos esperamos que Juan la comience a usar inmediatamente. Si Juan lo usa bien, y su Don es el de la Predicación de la Palabra, todos aquí saldremos favorecidos ¿no es así?

Si a José María le regaláramos un bono para viajar, un ordenador y una conexión de ADSL de tarifa plana, y lo usara para evangelizar, ¿saldríamos también favorecidos?

¿Y si le regalamos a Jesús un buen maletín repleto de herramientas? Como todos sabemos que es “un manitas” y que todo lo arregla, y lo usa para el bien de la Iglesia, ¿nos favorece?

Llega el cumpleaños de Meli y le regalamos un programa de gestión financiera y le pedimos que mejore las finanzas de la Iglesia. Si lo hace, ¿creéis que nos favorecerá?

Dámaris recibe su regalo de todos nosotros, lo abre y es un vagón cargado de ropa, alimentos, medicinas… Si opta por venderlos probablemente se haga rica. ¿Seremos todos favorecidos? NO.  Pero si los usa para hacer misericordia con los que tienen menos, ¿no seremos todos favorecidos? SI.

O si a Newton le regalamos una gran pizarra con muchas tizas de colores, y las usa para enseñar, ¿favorecerá a la Iglesia o no?

Salvador recibe nuestro regalo, un tratado evangelístico. Si lo usa para exhortar, ¿está favoreciendo a la Iglesia de Dios?

Así todos y cada uno de los que conformamos esta iglesia, si recibieran su regalo, y no lo usan para beneficio propio, sino que lo ponen a disposición del Cuerpo de Cristo y lo hacen funcionar ¿estarán favoreciendo a los demás… al resto de la Iglesia?

FORMANDO UN CÍRCULO COMENZAD A GIRAR: Si todos funcionan de una manera correcta y desinteresada, haciendo la función correcta del regalo recibido, el engranaje funcionará a la perfección haciendo que la iglesia se desarrolle y crezca.

SE QUITA UNO: Si uno de los dientes del engranaje falla o no está, el engranaje no funcionará bien.

UNO DA LA MANO AL OTRO: Es el momento en que los demás dientes tienen que ejercer la funcionalidad del que falta para que el engranaje funcione bien.

SE QUITA OTRO Y OTRO: Pero si hay más dientes que fallan o no están, por mucho que nos empeñemos en el intento el engranaje no funcionará de ninguna de las maneras, haciendo así que la Iglesia no crezca, y como sabemos todos, “LO QUE NO CRECE…, MENGUA

ABRID VUESTROS REGALOS…  y LEED POR ORDEN DESDE EL UNO HASTA EL SIETE lo que dice Pablo en su: Carta a los Romanos cap. 12 : 4-8

  • Porque de la manera que en un cuerpo tenemos muchos miembros, pero no todos los miembros tienen la misma función.
  • Así nosotros, siendo muchos, somos un cuerpo en Cristo, y todos miembros los unos de los otros.
  • De manera que, teniendo diferentes dones, según la gracia que nos es dada, si el de profecía, úsese conforme a la medida de la fe.
  • O si de servicio, en servir; o el que enseña, en la enseñanza.
  • El que exhorta, en la exhortación; el que reparte, con liberalidad.
  • El que preside, con solicitud.
  • El que hace misericordia, con alegría.

Hermanos, todos tenemos estos regalos de Dios, pero al igual que nosotros esperamos que nuestros regalos se usen, también Dios está esperando usemos los que Él nos ha regalado.

Cuando leemos en 1ª Corintios capitulo 12, nos damos cuenta de algo que ya estaba sucediendo, pocos años después de la muerte y resurrección de nuestro Señor. 

Pablo les escribió esta carta a los Corintios porque en lugar de unificar y edificar la iglesia en Corinto la utilización de los dones espirituales la estaban dividiendo.

Se estaban convirtiendo en símbolos de poder espiritual, originando rivalidades. Algunos pensaban que eran más espirituales que otros debido a sus superiores dones, y esta es una forma muy equivocada de usarlos.

El propósito de los dones es el de ayudar para que la iglesia crezca y marche mejor. Si  los usamos de otra manera podemos ser divisivos y destructivos para la obra de Dios. 

Dios nos ha dado dones a fin de que podamos edificar su iglesia; para usarlos con eficacia, primero debemos saber que todos los dones y habilidades vienen de Dios. Es indispensable comprender que no todos tenemos el mismo don y conocer quienes somos y que podemos hacer.

Segundo y más importante, tenemos que dedicar nuestro don al servicio de Dios y no a nuestro éxito personal. Ponerlos al servicio de Dios con generosidad sin exclusión.

1 Corintio 12:12 - Porque así como el cuerpo es uno, y tiene muchos miembros, pero todos los miembros del cuerpo, siendo muchos, son un solo cuerpo, así también Cristo.

Pablo está comparando el cuerpo de Cristo al cuerpo humano. Cada parte tiene una función especial que es necesaria. Aunque todas las partes son diferentes todas tienen  un propósito y a pesar de sus diferencias tienen que trabajar juntas. 

Nosotros, los cristianos somos el cuerpo de Cristo y tenemos que hacer igual. Tenemos trabajar juntos y evitar dos errores comunes.
El primero es sentirse orgulloso de su habilidad. Y el segundo es pensar que no tienen nada que ofrecer a la iglesia. 

La manera más fácil de evitar estos errores es no compararnos con los demás, sino que debemos usar nuestros dones en conjunto con otros.

Un brazo es distinto a una pierna y tiene distintas funciones. Los ojos o los oídos nada tienen que ver con la boca o la lengua, pero todos en conjunto hacen que el cuerpo funcione adecuadamente, al igual que nuestro engranaje. Así que no pensemos más en particular, apoyando los demás dones. Así construiremos el Cuerpo de Cristo.

Todo esto con el fin de llevar las buenas nuevas a otros y dejar que Dios se glorifique a través de todos.

La iglesia está compuesta de muchas personas con una gran variedad de dones y habilidades. Más allá de las diferencias, tenemos algo en común, la fe en Cristo. 

1 Corintios 12:13 - Porque por un solo Espíritu fuimos todos bautizados en un cuerpo, sean judíos o griegos, sean esclavos o libres; y a todos se nos dio a beber de un mismo Espíritu. 

Cuando leemos este versículo, nos damos cuenta que estamos llamados a estar unidos. 

"y a todos se nos dio a beber de un mismo Espíritu" significa que el mismo Espíritu Santo nos llena a todos por igual.

1 Corintios 12:14-24 - Además, el cuerpo no es un solo miembro, sino muchos. 15 Si dijere el pie: Porque no soy mano, no soy del cuerpo, ¿por eso no será del cuerpo? 16 Y si dijere la oreja: Porque no soy ojo, no soy del cuerpo, ¿por eso no será del cuerpo? 17 Si todo el cuerpo fuese ojo, ¿dónde estaa el oído? Si todo fuese oído, ¿dónde estaa el olfato? 18 Mas ahora Dios ha colocado los miembros cada uno de ellos en el cuerpo, como él quiso. 19 Porque si todos fueran un solo miembro, ¿dónde estaa el cuerpo? 20 Pero ahora son muchos los miembros, pero el cuerpo es uno solo. 21 Ni el ojo puede decir a la mano: No te necesito, ni tampoco la cabeza a los pies: No tengo necesidad de vosotros. 22 Antes bien los miembros del cuerpo que parecen más débiles, son los más necesarios; 23 y a aquellos del cuerpo que nos parecen menos dignos, a éstos vestimos más dignamente; y los que en nosotros son menos decorosos, se tratan con más decoro. 24 Porque los que en nosotros son más decorosos, no tienen necesidad; pero Dios ordenó el cuerpo, dando más abundante honor al que le faltaba.

Usando la analogía del cuerpo, Pablo nos demuestra la importancia de cada miembro.  No existe ninguna parte más importante ni menos importante que otra. Si una parte considerada sin importancia es puesta aparte, el resto del cuerpo sufre.

Así que pensar que nuestro don es más importante que el de otro es orgullo espiritual y el cuerpo de Cristo sufre. 

1 Corintios 12:25-26  - para que no haya desavenencia en el cuerpo, sino que los miembros todos se preocupen los unos por los otros. 26 De manera que si un miembro padece, todos los miembros se duelen con él, y si un miembro recibe honra, todos los miembros con él se gozan.
No podemos menospreciar a aquellos que parecen ser menos importantes, ni ponernos celosos con aquellos que manifiestan dones más impactantes. Debemos usar los dones que se nos han dado y animar a otros a usar los suyos. Si no lo hacemos el cuerpo de Cristo sufre.

Romanos 12:15 - Gozaos con los que gozan; llorad con los que lloran.

Se nos pide que gocemos con los que gozan y que lloremos con los que lloran.

Desgraciadamente y con frecuencia lo hacemos al revés, nos ponemos celosos de los que gozan, y nos apartamos de los que lloran. 

Hermanos, no podemos estar satisfechos solo con nuestra relación con Dios, tenemos que involucrarnos en las vidas de los demás. 

En conclusión, los dones más importantes no son los más espectaculares, son aquellos que dan mayores beneficios al cuerpo de Cristo, aunque sean los menores. 

Pablo dejo esto muy claro, no existe ningún don más poderoso que otro. Al contrario el anima a los creyentes para que descubran como pueden servir mejor a su iglesia.

Los dones que Dios nos ha dado no son para nuestro beneficio, son para que los usemos con los demás, creyentes o no. Son para buscar el desarrollo espiritual de todos los hermanos.

Aunque todos aquí tengamos dones diferentes, el amor de Cristo esta siempre a disposición de todos.

AMÉN.

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