Poco entendidos y muy despreciados
La Palabra de Dios: 1ª a los Corintios Capítulo 3. “De manera que yo, hermanos, no pude hablaros como a espirituales, sino como a carnales, como a niños en Cristo.
Os di a beber leche, y no vianda; porque aún no erais capaces, ni
sois capaces todavía, porque aún sois carnales; pues habiendo entre
vosotros celos, contiendas y disensiones, ¿no sois carnales, y andáis como
hombres?
Porque diciendo el uno: Yo ciertamente soy de Pablo; y el otro: Yo soy de Apolos, ¿no sois carnales?
Porque diciendo el uno: Yo ciertamente soy de Pablo; y el otro: Yo soy de Apolos, ¿no sois carnales?
¿Qué, pues, es Pablo, y qué es Apolos? Servidores por medio de los
cuales habéis creído; y eso según lo que a cada uno concedió el Señor.
Yo planté, Apolos regó; pero el crecimiento lo ha dado Dios”
Yo planté, Apolos regó; pero el crecimiento lo ha dado Dios”
Wikipedia: “Ecumenismo es la tendencia o movimiento
que busca la restauración de la unidad de los
cristianos, es decir, la unidad de las distintas confesiones religiosas cristianas «históricas»,
separadas desde los grandes cismas. Si
bien el término «oikoumenē» se utilizó desde los tiempos del Imperio Romano para expresar al mundo como unidad, en la actualidad la
palabra «ecumenismo» tiene una significación eminentemente religiosa, y es
usada primordialmente para aludir a los movimientos existentes en el seno del cristianismo cuyo propósito consiste
en la unificación de las diferentes denominaciones cristianas, separadas por
cuestiones de doctrina, de historia, de tradición o de práctica”
El ecumenismo, como bien se expresa en
la definición de Wikipedia, tiene como propósito “LA RESTAURACIÓN DE LA UNIDAD
DE LOS CRISTIANOS” Ya lo intentó Pablo con los corintios; así que este no es un
movimiento, problema (para algunos) nuevo, es intrínseco a la misma historia
cristiana y a nuestros genes.
Ni que decir tiene, que dados los hechos
acaecidos en el cristianismo desde la muerte y resurrección de nuestro Señor,
de los diferentes líderes que ha tenido, de la expansión entre distintas
culturas…, las formas han ido cambiando, adornando a la primitiva “Fuente” de
nuevas tuberías, de nuevos canales, tal y como hicieron los judíos, así que la
humanidad estará más avanzada, seremos más altos y mejor alimentados, somos más
inteligentes y desarrollados, pero las formas, los intereses…, siguen siendo
los mismos, o parecidos. Ahora podemos presentar al mundo esa Fuente de la que
nos sentimos orgullosos porque es en parte nuestra creación, hermosa, adornada,
rica…, pero llena de vericuetos, a veces insalvables para determinadas formas
de ver o entender. Hemos perdido, olvidada en alguna curva de nuestra historia,
la sencillez del Evangelio, “Dar de comer al necesitado” o “Dar cobijo a la
viuda”, sin la necesidad de crear una ONG. Nos hemos dejado llevar por nuestras
necesidades organizativas. Ponemos en la tercera planta tal o cual “negociado”
porque nos parece más apropiado y agradable a los Ojos de Dios, que en la
segunda planta, tal y como lo hacen otros HERMANOS. Hemos complicado aquello de
“Amar a Dios sobre todas las cosas, y a nuestro prójimo como a nosotros mismos”
porque para amar a nuestro prójimo, primero debe pensar, sentir, actuar…, como
lo hacemos nosotros, si no es así no debe ser perceptor de nuestro AMOR.
Como protestantes y evangélicos llevamos
a gala las cinco “Solas” de la Reforma, entre las que figura “Sola Scriptura”
(Solo por medio de la Escritura), acostumbramos a ser olvidadizos concentrando
todo nuestro esfuerzo en nuestro ámbito próximo, en nuestros iguales, perdiendo
el sentido del segundo Gran Mandamiento, “…y a tu prójimo
como a ti mismo”
Hace algunos años, en uno de los Cultos
celebrados en mi iglesia durante la Semana de Oración por la Unidad de los
Cristianos, en las que dicho sea de paso asisten más católico-romanos que
miembros locales, a la finalización del acto, ya saludándose los asistentes,
una monja se aproximó a mi esposa para saludarla y le preguntó su nombre, mi
esposa se lo dijo y añadió que era miembro de la IERE, la monja le contestó,
“En estos momentos no somos de ninguna iglesia, somos de Cristo” Que buena
contestación, me da envidia que no se me hubiera planteado a mi la oportunidad
y que no se me hubiera ocurrido a mi, aunque yo añadiría que eso no solo
debemos pensarlo durante esa semana del mes de enero, sino que debe ser una
prioridad durante nuestra vida.
El hecho que sepamos que muy
probablemente esta actitud no nos lleve a ningún lado, en lo que se refiere al
significado de la palabra Ecumenismo, “Restauración”, mi opinión es que
debemos, todos, conceder esa oportunidad al Espíritu Santo, y no arrogarnos el
derecho a decidir nuestro futuro.
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